SEXUALIDAD ESPIRITUAL
SEXUALIDAD ESPIRITUAL
Sexualidad espiritual
Antes de comenzar a aprender y practicar cualquier ritual místico sexual,como el tántrico, es necesario saber algunos aspectos generales sobre la experiencia mística durante el acto del amor.
Para alcanzar la experiencia espiritual durante el acto sexual, la literatura mística recomienda que se fije, mantenga, interrumpa, contenga o estabilice el pensamiento. Así, se puede acercar uno al sexo con la mente no dual, incluso totalmente inconsciente. Pero se debe tener cuidado. No se debe malinterpretar la instrucción de “interrumpir el pensamiento”. A menudo, incorrectamente, se ha interpretado literalmente como que los místicos evitan toda actividad mental, exhibiendo en su lugar una inconsciencia blanca, vacía, perdida, un estado de entumecimiento mental, como aquellos ermitaños que alguna vez han abandonado el mundo y dejado atrás la vida.
Lo que realmente se recomienda es detener un particular tipo de pensamiento: el verbal, crítico, conceptual, evaluativo, figurativo, en resumen, aquel que pone etiquetas a las cosas. Ése es el pensamiento en el cual cada experiencia, percepción o sensación está establecida en palabras, dando una valencia filosófica positiva o negativa, explicada a uno mismo de acuerdo con cierta teoría, con un nombre añadido, y enlazada con otros conceptos por un sistema abstracto de reglas verbales que llamamos lógica.
Este modo de pensar está asociado con el hemisferio izquierdo del cerebro humano, y generalmente tiene la forma de un monólogo o diálogo subvocal. Es sólo este tipo de pensamiento el que el misticismo rechaza, o al menos sugiere minimizarlo para permitir un equilibrio entre el hemisferio izquierdo y el derecho.
Al mismo tiempo que uno detiene el pensamiento verbal en el sexo espiritual, se consigue ser totalmente consciente de lo que está sucediendo. El Tantra recomienda que uno experimente completa y directamente y, a su vez, participe activa y creativamente en el acto del amor. Se consigue estar completamente despierto, implicado y absorto - pero sin describirse a uno mismo en palabras cada parte de la experiencia.
En el coito espiritual, los amantes están más despiertos mentalmente, capaces de concentrarse y meterse de lleno en la situación, por el simple hecho de que no están pensando, pues la percepción directa de lo que sucede no es filtrada por la mente racional.
El sexo espiritual favorece la creatividad, la percepción, el sentimiento intuitivo de la experiencia directa. Sin describirse cada sensación a uno mismo, sin pensar: - "¡Oh, que bueno!" - uno simplemente siente las sensaciones físicas que suceden.
Como conclusión, en el acto espiritual sexual un hombre y una mujer están abiertos a las sensaciones, sintiéndolas pero no evaluándolas.
Eso es dejarse fluir. Esto es vivir tántricamente. Es una experiencia muy recomendable!
A. N.
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